A nivel global, vemos que en lo inmediato la disyuntiva entre crecimiento económico e inflación, se ha decantado por la alternativa de sacrificar crecimiento económico y enfocarse en controlar la inflación. El Fondo Monetario Internacional (FMI) proyecta que las economías avanzadas tan solo crezcan un 1,1% mientras que las economías en desarrollo alrededor del 3,7% para 2023. América Latina y el Caribe (ALC), no se espera que entre en recesión; pero tendrá un magro crecimiento del 1.7%, en 2023, la mitad de lo estimado para el 2022, y un cuarto del 2021. Ello tendrá efectos negativos en los países de ALC y creará escenarios más complicados cuando todavía vienen enfrentando las secuelas del Covid-19. Entonces, nuestras instituciones financieras de desarrollo tienen aquí un primer gran desafío, prestar atención al corto plazo y a contrarrestar el ciclo económico que se está dirigiendo hacia una desaceleración o recesión.

Como resultado de todo esto, algunos sectores considerados como estratégicos — agricultura, industria farmacéutica y de la salud, semiconductores, combustible y energías limpias—emergen con mayor fuerza; al mismo tiempo que se ha profundizado la estrecha vinculación de las políticas públicas nacionales con las agendas y acuerdos internacionales, como el Acuerdo de París, los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la seguridad energética y alimentaria mundial y el medio ambiente.

Por ello, la 53ª Reunión de la Asamblea General de ALIDE analizará el potencial de América Latina para relacionarse en la economía internacional con las diversas regiones del mundo, aprovechando la diversidad de sus recursos, atrayendo inversiones y empresas proveedoras de clase mundial para que se establezcan en la región; y movilizando las propias capacidades internas y de los capitales de los connacionales provenientes del exterior. En ese sentido, será importante discutir el rol de las políticas públicas y la acción de los bancos de desarrollo en un mundo de mayor diversificación y participación del Estado en el estímulo del desarrollo económico, tal como ya se aprecia en diversos países, particularmente en las principales economías desarrolladas a fin de reducir sus vulnerabilidades y dependencias.